Aprovechando que nuestro día de publicación en el blog coincide con el Día de los Difuntos también llamado Día de Muertos en México y en muchos países de América Latina os contaré un poco sobre esta tradición. 

Es un día donde la artesanía, lo hecho con calma y los símbolos cobran un gran esplendor.

No voy a daros una charla sobre sus orígenes. Quiero más bien transmitir lo que hace poner altar u ofrenda a los difuntos. Un sentir que se transmite mejor en verso mal escrito que en prosa.

Es una fiesta que hace que el tiempo desde la muerte se detenga, que el dolor se haga ofrenda. Que la artesanía y el panteón se conviertan en casa de quien a casa ya no viene. 

Foto: Gaby Milla

Se muestra el amor a nuestros difuntos queridos, la fe en que han alcanzado la deseada vida eterna, el dolor por su partida entre llantos y risas

Se les habla con el color de las flores de cempasúchil, del papel picado de mil colores, del sabor de panes y de sones

Foto: Vivana Bitar

Se les canta con la voz de la luz de las veladoras. Se calma el dolor por la partida con un poco de tequila y mezcal.

Se les agasaja con los que fueron sus platos favoritos en vida, se cocina para ellos esperando que no olviden que no los hemos olvidado.

En nuestra casa también ponemos nuestro pequeño altar. Lo dedicamos año con año a aquellos que nos han dejado. No faltan la Virgen, las fotografías y las calaveras, una por cada difunto. 

Dicen que nos reímos de la muerte. Y no, es más bien la risa nerviosa de cuando ríes por no llorar.

El altar de nuestra casa

Estas últimas fotos son algo especial. Son en casas de amigos que han puesto preciosos altares. No son los mismos que aquellos que veréis por las calles. 

Los han querido compartir conmigo para que podáis comprobar la belleza y el cariño.

Foto: Andrea Ganem

La pena por la partida de los nuestros no es más que un paso a la otra vida

Un paso que darán de la mano del cariño de sus amigos y familia.

Los altares hablan... del cariño, de amor, de desamor, del pasado, del presente. 

De la vida, del dolor, de la alegría y de la muerte.

¡Hasta pronto!

PD: gracias queridas Gaby, Andrea y Viviana por dejarme compartir sus preciosas fotos.