Como sabéis, Pecoramadrid es una marca de joyería donde intentamos tener una variedad de diseños de distintos tipos. Pero aquellos con los que posiblemente nos identificáis más, son los personalizados.

Quizá por el apego general a los símbolos, lo personalizado ha jugado un papel relevante para la humanidad con épocas donde se ha utilizado más que en otras.

Para hacer una breve historia de lo personalizado, debemos comenzar por el monograma. Fue Carlomangno quien comenzó a utilizarlo como lo conocemos hoy en día.  

 

Después, en la Edad Media, los artistas y comerciantes se hacían escudos con sus iniciales para que se identificaran sus obras y productos.

Un monograma es es conjunto de dos o más letras unidas u ordenadas que poseen un significado. Pueden estamparse, bordarse o grabarse.

En la Inglaterra victoriana, las casas nobles creaban sus propios monogramas. Después está tradición fue adoptada por familias que querían distinguirse. 

Sin duda, el monograma siempre ha estado asociado a la búsqueda de un cierto estatus, de distinción.

Como este no es un blog de historia, saltémonos varios siglos y lleguemos a aquellos días cuando George Vuitton tuvo la idea de estampar un monograma con el nombre de su padre, Louis, en sus maletas, naciendo así el monograma más conocido del mundo de la moda.

Desde hace varios años, la tendencia de crear monogramas o estampar nombres o iniciales ha crecido. 

Para quienes os gusta la ropa deportiva - bonita-, el mejor ejemplo, al menos para mi, es la línea creada con el precioso monograma del tenista más elegante de esta década, Roger Federer

Os cuento un detalle personal. Mi padre, tenista de "hueso colorado" como se dice en México, se llama Rodolfo Fajardo. Cuando esa colección salió a la venta, no dudó en comprarse un conjunto.  Decía -orgulloso- que en realidad el monograma RF era por su nombre, y no por el de Federer.

En cuanto a la joyería, ¿quién no recuerda el famoso collar Carrie de la icónica Sarah Jessica Parker?

De la joyería con monogramas y grabados de esta temporada, nos quedamos con tres.  La pulsera de nombres de Chloe.

El anillo con el monograma grabado en piedras preciosas de la diseñadora francesa Marie-Hèléne de Taillac.

Y por último, con nuestro nuevo Brazalete Cécile, que representa la C, incial de ella y de otra querida amiga que siempre han motivado mi trabajo. 

En definitiva, un monograma es un símbolo. Por eso nos gusta tanto, porque Pecoramadrid busca que su joyería simbolice aquello que es más importante para cada una, ya sea la familia, la pareja, los amigos, una fecha o incluso Dios

También podemos simbolizar el amor a uno mismo grabando nuestro propio nombre o portando nuestra inicial.   

Que los símbolos, monogramas y grabados nos traigan a la mente los mejores momentos y aquellos a quienes tanto queremos. 

¡Hasta la próxima!